martes, 3 de febrero de 2009

NIÑO POBRE

Pasado el día de todos los Santos, que suele visitarse el cementerio con gran presencia de todos los familiares, unos amigos comentaban el gran recuerdo de sus pasados relatando los panteones o nichos visitados; el pequeño, que había acompañado en la visita, decía a sus padres que había visto el nicho de su abuelo, junto a un tío que murió, al bisabuelo que estaba más al fondo, y así iba enumerando todos los panteones visitados pertenecientes al resto de familiares difuntos. El otro niño, hijo de unos amigos que estaban presentes llamó la atención a su madre, hablándole al oído preguntó en voz baja “Mamá ¿nosotros no tenemos muertos?
! Hasta donde llega la ignorancia de los niños,! no comprenden que todos los que nacen mueren. Esa es la grandeza de Dios.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

.... y la pobreza de los hombres....no recordar nuestros antepasados es no recordar de donde venimos

Anónimo dijo...

Hola, t invito a visitar mi blog, saludos!

Güido dijo...

Así es, todo tiene un ciclo, el ciclo de la vida, se nace, se reproduce y se muere, pero digo yo, si todo es todo, ¿¿¿el universo también morirá algún día????
Saludos Cuca (me encanta como escribes)

paloma dijo...

recordar a los nuestros es una asignatura de la vida, es nuestra columna vertebral, es nuestra propia naturaleza....

fly dijo...

Como bien dices, la grandeza de Dios está en nuestros hijos. Pura ignorancia carente de maldag que el tiempo talla sin recelo hasta la cruel madurez. Tu escrito nos hace poner un poco los pies en el suelo y recapacitar sobre lo que los mayores estamos creando.
Un saludo.

Rublo80 dijo...

Incluso se ha llegado a decir que empezamos a morirnos en cuanto nacemos.
La ignorancia de los niños más la quisieran algunos sabios si conllevara su inocente felicidad.

XoseAntón dijo...

Sí, tanto como la inocencia de los niños -estoy con estela-, es la pobreza de los hombres por no recordar, por desprenderse de la memoria como si fuese una muela cariada.

Felicidades por el blog, me gusta.

Un saludo

Anónimo dijo...

¿todavia no te has paso a recoger el regalo?

cogelo y sal pitando, que se acabannn

Anónimo dijo...

Es la inocencia de los niños que no llegan a entender la muerte. Dichosos ellos. Un verdadero gusto leerte y estar en tu blog. Te felicito.

Ana Márquez dijo...

La muerte es una de las pocas cosas que nos igualan. Ese niño en el fondo era muy sabio. Un saludo muy cordial.

Alma Mateos Taborda dijo...

Qué maravilloso paseo he realizado por tu blog. Tiene magia y estilo. Me ha gustado mucho. Volveré