viernes, 5 de junio de 2009

LA EPIDEMIA DE HOY

Serian las diez de la mañana. Sentado en un banco del paseo de las acacias, el hombre, entretenido con una bolsita de “pipas”, meditaba silenciosamente con la mirada al fondo de, no se que, pero miraba.
Entre “pipa” y “pipa” soplaba con con ira la cáscara que solapadamente quedaba pegada en el labio.
No sé los días que llevaba viéndole protagonizando la misma escena, eran muchas las horas que destinaba a este quehacer, vulgar, propio de un esquizofrénico o retrasado mental.
Tal vez ese coraje empleado en el soplo de la cáscara de pipa, fuese motivado por la situación creada, lógico de los tiempos actuales.
Llegando hasta preocuparme su actitud, tanto, que me puse a recabar información de la forma más original a mi alcance.
Comente a un amigo el caso y pensando que tal vez fuese necesario prestarle apoyo al pobre hombre. Mi amigo me dijo, que en ocasiones lo habia visto frecuentar una cafeteria de su barrio, pero de esto hacia algun tiempo, tal vez, por el tiempo transcurrido puede haber cambiado la psicología de la persona, pero haría las gestiones y pondría su interés para esclarecer la situación.
Tras muchas preguntas, gestiones, visitas a organismos competentes, seque en conclusión, que este pobre hombre, no padecía enfermedad alguna, de momento, solo que tenia dos niños pequeños, esposa y estaba en el PARO.

martes, 3 de febrero de 2009

NIÑO POBRE

Pasado el día de todos los Santos, que suele visitarse el cementerio con gran presencia de todos los familiares, unos amigos comentaban el gran recuerdo de sus pasados relatando los panteones o nichos visitados; el pequeño, que había acompañado en la visita, decía a sus padres que había visto el nicho de su abuelo, junto a un tío que murió, al bisabuelo que estaba más al fondo, y así iba enumerando todos los panteones visitados pertenecientes al resto de familiares difuntos. El otro niño, hijo de unos amigos que estaban presentes llamó la atención a su madre, hablándole al oído preguntó en voz baja “Mamá ¿nosotros no tenemos muertos?
! Hasta donde llega la ignorancia de los niños,! no comprenden que todos los que nacen mueren. Esa es la grandeza de Dios.

sábado, 31 de enero de 2009

PATRICIA




Si dices inteligencia, exageras, mejor digamos viveza, pero a tan corta edad muchos son los motivos que te hace escribirlos para que no olvides los detalles.
En cierta ocasión estaba acariciando un perro (le encantan los animales) pero no dejaba de dar ladridos hasta limitarle su aproximación por cobardía. Yo intenté acercarme al chucho, le acaricié, pero no dejaba de ladrar, Patricia al verme próximo al animal ,se echó a llorar de tal manera que las lagrimas mojaron su pequeño rostro, llanto que no cesó hasta tomarla yo en mis brazos.
Me acarició con tal dulzura haciéndome caricias # (apoyando su rostro con el mió dándome palmaditas sobre mi cara) las lagrimas de su cara fueron absorbidas con mis besos sabiéndome a elixir que solo beben los dioses cuando celebran actos celestiales
Es un gozo poder disfrutar de caricias que salen de un corazón tan tierno frágil como el rocío en una amapola una mañana de primavera.
Dios te bendiga y conserve tu dulzura. Quien puede desearte esto sino es tu yayo el domingo de Resurrección.
2006

miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL NOVIO

Es normal y muy corriente entre los jóvenes desplazarse de un pueblo a otro en busca de “amoríos” aun cuando hay un refrán que dice : el que va a fuera a enamorar corre el riesgo que lo engañen o pueda engañar” pero ese no es el caso que nos ocupa.
Un muchacho de un pueblo cercano, rondaba a una “navera“. Lo llevaban muy en secreto debido a la corta edad de ambos, el tenia diecisiete años y ella quince . El jovenzuelo venia todos los sábados con su bicicleta , bien peinado y hasta se permitía oler bien rociándose unas gotitas de colonia.
Mes de agosto, calor, pero la climatología es muy rara, pronto cambio el cielo de color, el azul se convirtió en gris oscuro. Tarde de tormentas, y fuertes. Ante la vicisitud presentada la joven pidió de favor a la madre para que José, que así se llamaba el amigo-novio, pernoctara en la casa aquella noche de rayos y truenos evitando así que corriera el riesgo en la carretera.
La madre, algo temerosa dijo a la muchacha,- tu padre ya lo conoces como es, no sabe nada de lo tullo y temo que diga que “nones”- como así fue. Terco y duro se puso, pero la maña de la mujer fue triunfante ,le contestó:- ahora bien, que duerma aquí, pero arriba, en el pajal .
Quedaron enterados y cuando llegó la hora, cada mochuelo a su nido, como se dice aquí.
Se acostaron, apagaron sus luces y a dormir; lo que se llama dormir los que pudieron porque el padre, con los truenos de la nube y el nuevo inquilino no pegaba ojo.
Nervioso dando vueltas en la cama pensando en… bueno la cabeza corre mucho, se levantó el pobre hombre y con mucho sigilo, subió las escaleras y se presentó en el pajal. Su corazón palpitaba con latidos que le apretaba la garganta; -ya lo sabia que me la pegaba. Bajó las escaleras en un periquete, se asfixiaba faltándole el aire, necesitó abrir la puerta de la calle para respirar; los truenos y los relámpagos caían como chuzos. Encendió un cigarro, meditó, el tiempo pasaba, su hija, hay su hija,.La mente no paraba, pensar y pensar.
No podía tragarse el humo, estaba no se si afrentado, acobardado o lo que pueda llamarse, lo cierto es que mirando al cielo y los relámpagos, al bajar la cabeza vio un bulto a lo lejos. Fue aproximándose poco a poco. Ya a tres metros pudo reconocer la figura del mozuelo con su bicicleta.
Con cierta precipitación invitó a pasar al zagal y (cuando pudo hablar)) preguntó, -“a donde has ido joven”- el muchacho con cierto reparo contestó :
-“A mi pueblo a decirle a mi madre que no me espere esta noche que hay nubes y dormiré aquí ,en su casa”
Precipitaciones de padres y locuras de jóvenes.
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viernes, 14 de noviembre de 2008

Para Patricia

Otro cuento relataba a unos pajaritos, decía así: Los pajaritos son muy madrugadores, ya apuntando los primeros rayos del día empiezan ellos a piar dando alegría al ambiente fresco de la mañana.
Buscan su comida muy temprano, pues la noche ha sido larga y están hambrientos. Ya comidos y tranquilos contemplan a los niños que juegan en la calle, siempre pendientes a la caída de algún trozo de galleta o trozo de bocata para picotearlo.
A los pajarillos les gusta mucho las galletas.
Había una vez unos jilgueros junto a el arroyo próximo a un cortijo, los pajarillos formaron con mucho esmero un primoroso nido entre una zarza que cubría el agua . Pusieron los huevecillos muy pequeñines y a los pocos días salieron unos preciosos pajarillos que alegraban con su cántico los parajes de aquel lugar.
Las plumas son preciosas, tienen colores, amarillo, rojo, azul, negro y blanco, que bonitos son.
!Ha! ¿Y el guau ? Si vieras el perrillo chiquitillo, solo comía la teta que le daba su madre. Era blanco y tenia un lunar en la frente, cuando dormía parecía una bola de nieve.
Su juego favorito era correr con una pelota que intentaba atrapar con la boca, pero era muy pequeño y no le cabía .
Un día fue a su casa una niña pequeña con su mamá , la niña se llamaba Patricia y quiso jugar con el perrito y empezó a saltar de alegría corriendo sin parar a su lado haciéndole caricias. Cuando se marchaba la niña ,el perrito ladraba diciéndole “ no te vayas, no te vayas juega conmigo”

Por llamarle algo "cuento"

Quiero contar un cuento, que a todas mis hijas relataba cuando fueron muy pequeñas, tan pequeñas que de no haberlo sido no me hubiesen dicho que se lo volviese a contar. Mis nietas siguieron la misma costumbre y a mi me ilusionaba mucho, cada vez que lo contaba, como era puro invento, trocaba algunos animalitos y ellas me corregían.
Decía así: Había un conejito muy pequeño en el campo que jugaba con sus hermanitos por el prado cubierto de fresca hierva.
Su casita tan pequeña dormían pegaditos uno al otro. Un día pasó una tortuga junto a su casita y dijo, conejito vienes a dar un paseo al arroyo; juntitos los dos emprendieron camino, pasaron junto a un corderito que mamaba a su madre y al verlos les preguntó, ¿ queréis que vaya con vosotros? !claro que sí !; junto los tres bajaban dirección al arroyo. Al verlos llegar, dos ranas que tomaban el sol, saltaron de alegría viendo a sus nuevos amigos. La tortuga llegó al arroyo y se bañó en la charca, el corderillo bebió agua ,mientras jugaban las ranas con el conejito corriendo tras de una mariposa que saltaba alegre haciendo piruetas .
La madre del conejito estaba preocupada por la tardanza en volver su hijo. Salió en su busca, y al llegar al arroyo contempló con alegría los juegos que estaban realizando, saltando y bailando ante la pasividad de la tortuga.
Volvieron cada uno a su casa y colorín colorado.

viernes, 31 de octubre de 2008

La niña

Quiero recordar haber oído, como tantas cosas se oyen, cierta murmuración que me causo un gran impacto, tanto que a pesar de tiempo transcurrido, no ceso en su recuerdo.
Comentaban de una niña, pequeña, que como todos los niños pequeños, lloraba con insistencia porque no le dejaban jugar con las otras más mayores.
Su madre, ante la adversidad, optó por recogerla , llevarla a su habitación y se distrajera con las muñecas y sus trapitos pues ella gozaba cambiándole sus vestidos .
Ya cansada de tanto manoseo de juguetes, como niña traviesa , se dedicó a otros entretente. Sin pensarlo dos veces, cogió las tijeras, se puso a hacer tiras, cortando un trozo de retal de color rosa que la madre guardaba para confeccionarle una blusita.
Entre corte y corte se presentó la madre, viendo los trozos esparcidos por el suelo, el enfado fue monumental, reprendió a la niña amenazándole con un castigo que fue un poquito severo, la niña, justificando la travesura que para ella era normal, dijo a la madre con voz enternecedora -solo hacia unos estadales para la Virgen de la Estrella.-
Cuando oyó la madre el relato de la niña, su primer intento fue consolar la pena que le agobiaba, con unos suspiros que le entrecortaba la respiración.
A partir de entonces, la madre le dedicó más tiempo, compartiendo las distracciones y juegos de la niña.
En otra ocasión, jugueteaba con papeles# útiles del Padre; utilizó un trozo de carpeta que cubría documentos de cierta consideración, tal fue el enfado del progenitor, que, muy severo propició un castigo con demasiado rigor. La niña, una vez pasada la #ventisca# del enfado, dirigiendose al padre le pidió perdón y con voz de# ángel# le dijo #solo quería hacer una cajita con un regalo para ti y colgarlo en el árbol de Navidad#. Las fechas eran próximas a estas Fiestas.
Efectivamente, la noche de Navidad lucía el árbol, entre varios regalos, la #cajita colgada en una cinta rosa que había confeccionado en aquel otro error que originó con la tela.
Llegó la hora de hacer el reparto de aquellos regalos suspendidos en el árbol , el padre estaba impaciente por ver qué era el obsequio preparado por la #niña#.
Cogió su cajita y pasó al despacho para comprobarlo a solas; cual fue su sorpresa cuando abrió la caja y estaba vacía. !Que desilusión!
Con gran energía, dado a su condición de soberbió, salió al salón y con voz altiva dijo a la niña :al menos podías haber introducido en detalle en la caja# - Tal fue su actitud que a la niña hirió su sensibilidad produciéndole llanto.
Una vez calmados y serena la niña respondió #Papá no estaba vacía, le he metido muchos besitos#.
Al oír a la niña, el padre enmudeció.
Debido a los excesos que se hacen por estas fechas, las imprudencias se multiplican, y siempre pagan las consecuencias quien menos culpa tienen, pero en un fatal accidente perdió la vida la niña.
Solo quedó el recuerdo del Estadal rosa cortado con poca simetría y la cajita que pendía en aquel árbol que nunca más decoró aquel salón entristecido por la fatalidad.