miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL NOVIO

Es normal y muy corriente entre los jóvenes desplazarse de un pueblo a otro en busca de “amoríos” aun cuando hay un refrán que dice : el que va a fuera a enamorar corre el riesgo que lo engañen o pueda engañar” pero ese no es el caso que nos ocupa.
Un muchacho de un pueblo cercano, rondaba a una “navera“. Lo llevaban muy en secreto debido a la corta edad de ambos, el tenia diecisiete años y ella quince . El jovenzuelo venia todos los sábados con su bicicleta , bien peinado y hasta se permitía oler bien rociándose unas gotitas de colonia.
Mes de agosto, calor, pero la climatología es muy rara, pronto cambio el cielo de color, el azul se convirtió en gris oscuro. Tarde de tormentas, y fuertes. Ante la vicisitud presentada la joven pidió de favor a la madre para que José, que así se llamaba el amigo-novio, pernoctara en la casa aquella noche de rayos y truenos evitando así que corriera el riesgo en la carretera.
La madre, algo temerosa dijo a la muchacha,- tu padre ya lo conoces como es, no sabe nada de lo tullo y temo que diga que “nones”- como así fue. Terco y duro se puso, pero la maña de la mujer fue triunfante ,le contestó:- ahora bien, que duerma aquí, pero arriba, en el pajal .
Quedaron enterados y cuando llegó la hora, cada mochuelo a su nido, como se dice aquí.
Se acostaron, apagaron sus luces y a dormir; lo que se llama dormir los que pudieron porque el padre, con los truenos de la nube y el nuevo inquilino no pegaba ojo.
Nervioso dando vueltas en la cama pensando en… bueno la cabeza corre mucho, se levantó el pobre hombre y con mucho sigilo, subió las escaleras y se presentó en el pajal. Su corazón palpitaba con latidos que le apretaba la garganta; -ya lo sabia que me la pegaba. Bajó las escaleras en un periquete, se asfixiaba faltándole el aire, necesitó abrir la puerta de la calle para respirar; los truenos y los relámpagos caían como chuzos. Encendió un cigarro, meditó, el tiempo pasaba, su hija, hay su hija,.La mente no paraba, pensar y pensar.
No podía tragarse el humo, estaba no se si afrentado, acobardado o lo que pueda llamarse, lo cierto es que mirando al cielo y los relámpagos, al bajar la cabeza vio un bulto a lo lejos. Fue aproximándose poco a poco. Ya a tres metros pudo reconocer la figura del mozuelo con su bicicleta.
Con cierta precipitación invitó a pasar al zagal y (cuando pudo hablar)) preguntó, -“a donde has ido joven”- el muchacho con cierto reparo contestó :
-“A mi pueblo a decirle a mi madre que no me espere esta noche que hay nubes y dormiré aquí ,en su casa”
Precipitaciones de padres y locuras de jóvenes.
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viernes, 14 de noviembre de 2008

Para Patricia

Otro cuento relataba a unos pajaritos, decía así: Los pajaritos son muy madrugadores, ya apuntando los primeros rayos del día empiezan ellos a piar dando alegría al ambiente fresco de la mañana.
Buscan su comida muy temprano, pues la noche ha sido larga y están hambrientos. Ya comidos y tranquilos contemplan a los niños que juegan en la calle, siempre pendientes a la caída de algún trozo de galleta o trozo de bocata para picotearlo.
A los pajarillos les gusta mucho las galletas.
Había una vez unos jilgueros junto a el arroyo próximo a un cortijo, los pajarillos formaron con mucho esmero un primoroso nido entre una zarza que cubría el agua . Pusieron los huevecillos muy pequeñines y a los pocos días salieron unos preciosos pajarillos que alegraban con su cántico los parajes de aquel lugar.
Las plumas son preciosas, tienen colores, amarillo, rojo, azul, negro y blanco, que bonitos son.
!Ha! ¿Y el guau ? Si vieras el perrillo chiquitillo, solo comía la teta que le daba su madre. Era blanco y tenia un lunar en la frente, cuando dormía parecía una bola de nieve.
Su juego favorito era correr con una pelota que intentaba atrapar con la boca, pero era muy pequeño y no le cabía .
Un día fue a su casa una niña pequeña con su mamá , la niña se llamaba Patricia y quiso jugar con el perrito y empezó a saltar de alegría corriendo sin parar a su lado haciéndole caricias. Cuando se marchaba la niña ,el perrito ladraba diciéndole “ no te vayas, no te vayas juega conmigo”

Por llamarle algo "cuento"

Quiero contar un cuento, que a todas mis hijas relataba cuando fueron muy pequeñas, tan pequeñas que de no haberlo sido no me hubiesen dicho que se lo volviese a contar. Mis nietas siguieron la misma costumbre y a mi me ilusionaba mucho, cada vez que lo contaba, como era puro invento, trocaba algunos animalitos y ellas me corregían.
Decía así: Había un conejito muy pequeño en el campo que jugaba con sus hermanitos por el prado cubierto de fresca hierva.
Su casita tan pequeña dormían pegaditos uno al otro. Un día pasó una tortuga junto a su casita y dijo, conejito vienes a dar un paseo al arroyo; juntitos los dos emprendieron camino, pasaron junto a un corderito que mamaba a su madre y al verlos les preguntó, ¿ queréis que vaya con vosotros? !claro que sí !; junto los tres bajaban dirección al arroyo. Al verlos llegar, dos ranas que tomaban el sol, saltaron de alegría viendo a sus nuevos amigos. La tortuga llegó al arroyo y se bañó en la charca, el corderillo bebió agua ,mientras jugaban las ranas con el conejito corriendo tras de una mariposa que saltaba alegre haciendo piruetas .
La madre del conejito estaba preocupada por la tardanza en volver su hijo. Salió en su busca, y al llegar al arroyo contempló con alegría los juegos que estaban realizando, saltando y bailando ante la pasividad de la tortuga.
Volvieron cada uno a su casa y colorín colorado.

viernes, 31 de octubre de 2008

La niña

Quiero recordar haber oído, como tantas cosas se oyen, cierta murmuración que me causo un gran impacto, tanto que a pesar de tiempo transcurrido, no ceso en su recuerdo.
Comentaban de una niña, pequeña, que como todos los niños pequeños, lloraba con insistencia porque no le dejaban jugar con las otras más mayores.
Su madre, ante la adversidad, optó por recogerla , llevarla a su habitación y se distrajera con las muñecas y sus trapitos pues ella gozaba cambiándole sus vestidos .
Ya cansada de tanto manoseo de juguetes, como niña traviesa , se dedicó a otros entretente. Sin pensarlo dos veces, cogió las tijeras, se puso a hacer tiras, cortando un trozo de retal de color rosa que la madre guardaba para confeccionarle una blusita.
Entre corte y corte se presentó la madre, viendo los trozos esparcidos por el suelo, el enfado fue monumental, reprendió a la niña amenazándole con un castigo que fue un poquito severo, la niña, justificando la travesura que para ella era normal, dijo a la madre con voz enternecedora -solo hacia unos estadales para la Virgen de la Estrella.-
Cuando oyó la madre el relato de la niña, su primer intento fue consolar la pena que le agobiaba, con unos suspiros que le entrecortaba la respiración.
A partir de entonces, la madre le dedicó más tiempo, compartiendo las distracciones y juegos de la niña.
En otra ocasión, jugueteaba con papeles# útiles del Padre; utilizó un trozo de carpeta que cubría documentos de cierta consideración, tal fue el enfado del progenitor, que, muy severo propició un castigo con demasiado rigor. La niña, una vez pasada la #ventisca# del enfado, dirigiendose al padre le pidió perdón y con voz de# ángel# le dijo #solo quería hacer una cajita con un regalo para ti y colgarlo en el árbol de Navidad#. Las fechas eran próximas a estas Fiestas.
Efectivamente, la noche de Navidad lucía el árbol, entre varios regalos, la #cajita colgada en una cinta rosa que había confeccionado en aquel otro error que originó con la tela.
Llegó la hora de hacer el reparto de aquellos regalos suspendidos en el árbol , el padre estaba impaciente por ver qué era el obsequio preparado por la #niña#.
Cogió su cajita y pasó al despacho para comprobarlo a solas; cual fue su sorpresa cuando abrió la caja y estaba vacía. !Que desilusión!
Con gran energía, dado a su condición de soberbió, salió al salón y con voz altiva dijo a la niña :al menos podías haber introducido en detalle en la caja# - Tal fue su actitud que a la niña hirió su sensibilidad produciéndole llanto.
Una vez calmados y serena la niña respondió #Papá no estaba vacía, le he metido muchos besitos#.
Al oír a la niña, el padre enmudeció.
Debido a los excesos que se hacen por estas fechas, las imprudencias se multiplican, y siempre pagan las consecuencias quien menos culpa tienen, pero en un fatal accidente perdió la vida la niña.
Solo quedó el recuerdo del Estadal rosa cortado con poca simetría y la cajita que pendía en aquel árbol que nunca más decoró aquel salón entristecido por la fatalidad.

jueves, 30 de octubre de 2008

Antaño

CARTILLAS DE RACIONAMIENTO
No es de buen nacido dejar oculto los tiempos que se han vivido en la estrechez y la miseria originada por causa ajena a la voluntad de los más indefensos que son los que formamos la mayoría de los españoles.
No olvidemos que existió una cruel guerra entre nosotros mismos -guerra civil- .No busquemos los motivos, unos achacan a política, otros a la situación laboral, otros a otras rezones; yo creo que más a la ignorancia, miedo y no menos a la falta de principios morales y humanos.
Fueron casos horrendos ,dicen que padres, hijos y hermanos en ambos lados, ¿que buscaban?, ¿que esperaban,? !Quien derramó tanto odio! Borremos estos horrendos actos pero recordemos los tiempos posteriores que fueron originados por tal catástrofe .
Ante la escasez y falta de muchos alimentos, útiles para el campo, ropas, calzado, medicamentos y un sinfín de cosa que se pueden estar enumerando largo y extinguido tiempo, fue necesario la implantación de la Cartilla de Racionamiento para mejor y más justa distribución de los alimentos que existían, incluso el “tabaco” articulo más que necesario para algunas personas. Cada persona tenia derecho a un cupón del articulo que necesitaba para cubrir sus necesidades perentorias, nunca totales. Para el “PAN” articulo de primerísima necesidad se daba para su retirada a diario, los demás artículos podías retirarlos discriminadamente cuando querías a pesar de que estabas deseando ir a por ellos debido a la escasa cantidad. El tabaco, su retirada era decenal.
Como el hambre despierta mentes, no falto la suspicacia de entablar intercambios: el no fumador cambiaba su ración de tabaco por la de café, y al que le venia mejor el chocolate que el azúcar cambiaba; igual con los demás artículos.
Así fue pasando el tiempo, unos días malos, otros casi peor.,
De esta desgracia apareció el EXTRAPERLO” ,lo escribo así porque marcó época para algunos más hábiles que supieron sacarle producto a consta de las circunstancias . Compraban artículos de primera necesidad a precios de almacén que después vendían. Hasta aquí hubiese sido un comercio normal, pero como la venta se hacia con precios abusivos (y mas que abusivos) si tenemos en cuenta el escaso poder adquisitivo que existía en aquellos tiempos.
Muchos cambiaron de situación económica, e incluso también la de sus familiares, no dejando en el olvido a otras personas que por su colaboración eran imprescindibles
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De los abusos y atropellos ocasionados con esta etapa de la vida, mejor olvidarla, puede dañar la sensibilidad de algunas personas.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Enamoradizas

Érase una vez, comencemos como los cuentos, una persona que la vida le había sonreído en muchas cosas, nacida de familia pudiente a la que nunca faltaban ni los caprichos ni cuantos deseos viese a su alrededor, poseía fincas dotadas de ganados en sus distintas especies, toros bravos, mansos para la carne, ovejas, caballos y todos los que normalmente se crían en los cortijos, pavos, pollos, cochinos, etc.. Poseía fincas con caza mayor, y trabajaban para la familia varios braceros acomodados con sus familias en las casas de campo.
Tenia un encanto, simpática, vivacidad, alegría , pero, siempre tiene que haber un “pero” Dios no la favoreció con su cara, más que normalita era tendencia a fea. A la hora de mocear los jóvenes no la cortejaban con la ilusión propia de mujer ejemplar.
Casó, con no menos conveniencias , con un hombre que solo buscaba el “capital” no a la persona. Al paso del tiempo esta convivencia no hacia feliz a la paraja, ella compartía el día con las personas que la rodeaban, de noche sufría en soledad, mientras EL (marido) andaba por lugares propios de gentes de mala vida, no para el, juergas y regocijos. Tubo un final fatal, enfermó y al poco tiempo dejó viuda a la pobre mujer y sin descendencia .
Así pasaron los años, la viuda se aferró a sus propiedades, gozaba con sus animales, ver las sementeras, hacer las recolecciones, contemplar como criaban a sus hijos las familias que convivian en las fincas.
Las noches, y en los cortijos, se hacen muy largas; sola, pensativa , llegaban momentos que asomaban en los ojos las humedades propias formulando hasta lágrimas.
¿Esto es vivir? Se preguntó una noche que no conciliaba el sueño por el zumbido del viento que producía una tormenta. Tengo mis años,(pensaba) gozo de posición económica excelente, estoy rodeada de unas familias que me quieren, sus hijos me adoran, solo me faltan dos cosas ,una no puede remediarse, corregir mi cara, la otra puede tener remedio, un hombre. Pero que sea bueno, honesto, sano, fuerte y que esté siempre en mi compañía. Puso en marcha la captación, observo, hablo, preguntó, no faltando consultas con personas de su entorno.
Como en todos los casos, cuando llega la noche el pensamiento se desplaza por todos los lugares, no siendo este menos llegó la luz ¿Y Juanito? Como persona no cabe mejor, trabaja sin descanso, honrado, fornido, de mi edad y por mejor razón, soltero. Criado desde pequeño en casa, siempre trabajó en estos lugares.
Buscaré el momento oportuno, así, con mucha discreción veré como poder resolver este asunto.
Pensó ir a su estancias, pero no, llamarlo casa de Maria, mujer del mayoral, tampoco.
Mejor decirle que se pase por mi vivienda, que tengo que pasarle unas informaciones, así manifestaré mis intenciones.
Mandó preparar un ágape propio de gran acontecimiento, cervezas frescas, vino de la rivera del Duero, tapitas de jamón, quesos, aceitunas, etc.
La cocinera preparó unas piernas de cordero al horno, frutas del tiempo, café y mandó descorchar una botella de coñac con solera ( tenia corcho) ,todo ello compartido con una conversación propia entre dos comensales, no como dueña y lacayo.
Llegó el momento culminante, la viuda borró de su mente ser lo que era, allí no quería ser la dueña y cambió hasta el tono de su voz, viendo a Juanito gozar de una feliz tarde-noche, sus ojos radiaban de alegría , la noche cerrada de oscuridad ocasionada por las tormentas, la luz propia de quinqués, a veces aumentaba por el resplandor de los relámpagos. Con voz algo melancólica preguntó a Juan, te veo feliz y contento, pero a un hombre joven, fuerte, bien comido y bien bebido ¿Qué le falta?,” .
Juan, rasgándose la cabeza y sin cortarse en ningún momento, miró a la señora con cierta confianza y respondió :“Señora, !un buen cigarro! Si señora un buen cigarro”
No quiero seguir relatando más, quien lea esto puede decir lo que estime oportuno. Son las cosas de este mundo en el que no siempre dos y dos son cuatro.

ESPERANDO A LA VIRGEN (En otros tiempos)

- Madre, ya ha venido de la "Estrella" Perico el de la Sole, hasta ha metido el borrico en la cuadra, la Virgen debe estar llegando a la Cruz; me cambiaré de alpargatas, están llenas de polvo de jugar a la pelota en las eras,
- Sí,-dijo la madre- espera que te doy otro pantalón y una blusa, que estarán igualmente llenas de polvo y sudor del juego, lávate esa cara y restriegate con un trapo en esas piernas empolvadas.
Con la rapidez que merece este acontecimiento, el niño agilizó su aseo y una vez cambiado de atuendo pidió a su madre el hornazo de pan de aceite para la merienda, salió corriendo y sin parar un instante se puso en un santiamén en la pared que junto al pilar del chiringote separa este del quiñón . Buen lugar para ver de cerca la Imagen de la Virgen.
Le dio tiempo a comerse la merendeta, primero liquidó la torta de pan-aceite, seguidamente el huevo cocido que acompaña al "hornazo" con ese apetito que en aquellos tiempos estaba de moda, que el huevo se comía de tarde en tarde, no por el colesterol sino por que la economía no era lo floreciente que ahora.
Los burros y caballos, aun acompañando la procesión, cargados con el resto de los hatos. Con las caras risueñas por el gozo pasado en el llano, tomadas las caras por el sol, y esa mirada lanzada al vacío por el efecto del vino consumido durante la jornada, que siempre es alta la cantidad bebida más por los compromisos que por la propia intención; se iba aproximando la gente que formaba el cortejo.
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Los "romeros", montados a la grupa en sus caballos (entre ellos mis amigos Abilio Sanz ,Andrés Rus, Domingo Olivares.....Seguro nos esteréis viendo desde el cielo), precedían la multitud dando escolta a la comitiva que portaba en Procesión a la Virgen de la Estrella hacia la Parroquia.
Ya pasaba la procesión a la altura del niño. A éste le pareció que la Virgen parecía mirarlo con mucha intensidad, tanto que el niño extrañado le dijo, "¿no me conoces?, soy Juanillo el de la Pascuala, mi madre me sacaba a verte cuando pasabas en Procesión…¡Claro con tanta gente! Ella estaba al final y… no me verías. Siempre se ponía en el cañete de la plaza, yo era muy pequeño, pero a partir de ahora me veras con mas frecuencia"
Pasada toda la muchedumbre. El niño bajó del pretil y tras la comitiva acompañó la procesión; cual fue su alegría al observar tirado en el suelo un estadal de cinta azul- cielo con madroño blanco. Le sacudió el polvo y se lo colgó al cuello.
Una vez finalizada la procesión corrió en busca de su casa, con la alegría inmensa de verse con su estadal para regalárselo a su madre.
Aquel niño observó por vez primera que los ojos de su madre, cansados de zurcir la ropa, se humedecieron al contemplar el primer regalo recibido del trozo de sus entrañas, emocionada de satisfacción.
A partir de aquel día, todos los TRES DE MAYO, Juanillo sale a ser partícipe de la Entrada Triunfal de la VIRGEN DE LA ESTRELLA a su Templo, acompañando a todo su pueblo que la adora de corazón.