miércoles, 29 de octubre de 2008

ESPERANDO A LA VIRGEN (En otros tiempos)

- Madre, ya ha venido de la "Estrella" Perico el de la Sole, hasta ha metido el borrico en la cuadra, la Virgen debe estar llegando a la Cruz; me cambiaré de alpargatas, están llenas de polvo de jugar a la pelota en las eras,
- Sí,-dijo la madre- espera que te doy otro pantalón y una blusa, que estarán igualmente llenas de polvo y sudor del juego, lávate esa cara y restriegate con un trapo en esas piernas empolvadas.
Con la rapidez que merece este acontecimiento, el niño agilizó su aseo y una vez cambiado de atuendo pidió a su madre el hornazo de pan de aceite para la merienda, salió corriendo y sin parar un instante se puso en un santiamén en la pared que junto al pilar del chiringote separa este del quiñón . Buen lugar para ver de cerca la Imagen de la Virgen.
Le dio tiempo a comerse la merendeta, primero liquidó la torta de pan-aceite, seguidamente el huevo cocido que acompaña al "hornazo" con ese apetito que en aquellos tiempos estaba de moda, que el huevo se comía de tarde en tarde, no por el colesterol sino por que la economía no era lo floreciente que ahora.
Los burros y caballos, aun acompañando la procesión, cargados con el resto de los hatos. Con las caras risueñas por el gozo pasado en el llano, tomadas las caras por el sol, y esa mirada lanzada al vacío por el efecto del vino consumido durante la jornada, que siempre es alta la cantidad bebida más por los compromisos que por la propia intención; se iba aproximando la gente que formaba el cortejo.
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Los "romeros", montados a la grupa en sus caballos (entre ellos mis amigos Abilio Sanz ,Andrés Rus, Domingo Olivares.....Seguro nos esteréis viendo desde el cielo), precedían la multitud dando escolta a la comitiva que portaba en Procesión a la Virgen de la Estrella hacia la Parroquia.
Ya pasaba la procesión a la altura del niño. A éste le pareció que la Virgen parecía mirarlo con mucha intensidad, tanto que el niño extrañado le dijo, "¿no me conoces?, soy Juanillo el de la Pascuala, mi madre me sacaba a verte cuando pasabas en Procesión…¡Claro con tanta gente! Ella estaba al final y… no me verías. Siempre se ponía en el cañete de la plaza, yo era muy pequeño, pero a partir de ahora me veras con mas frecuencia"
Pasada toda la muchedumbre. El niño bajó del pretil y tras la comitiva acompañó la procesión; cual fue su alegría al observar tirado en el suelo un estadal de cinta azul- cielo con madroño blanco. Le sacudió el polvo y se lo colgó al cuello.
Una vez finalizada la procesión corrió en busca de su casa, con la alegría inmensa de verse con su estadal para regalárselo a su madre.
Aquel niño observó por vez primera que los ojos de su madre, cansados de zurcir la ropa, se humedecieron al contemplar el primer regalo recibido del trozo de sus entrañas, emocionada de satisfacción.
A partir de aquel día, todos los TRES DE MAYO, Juanillo sale a ser partícipe de la Entrada Triunfal de la VIRGEN DE LA ESTRELLA a su Templo, acompañando a todo su pueblo que la adora de corazón.

3 comentarios:

paloma dijo...

Ya habia tenido la ocasion de leerlo, aunque es un buen momento para releerlo, me parerio buenisimo poder disfrutar con tus recuerdos... sigue deleitandonos

Rublo80 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rublo80 dijo...

No me acuerdo quién dijo que el hombre estaba hecho de recuerdos, pero no se esquivocaba.
Me ha gustado mucho este relato de unas historias que nos identifican y que gracias a ti disfrutamos.
Espero que sigas regalandonos tus recuerdos.